octubre 11, 2013

Son Catlar, el poblado tras la muralla

La gran abundancia de restos arqueológicos y edificaciones prehistóricas que se conservan en territorio menorquín, nos permite continuar nuestra ruta en coche por los monumentos de Menorca a fin de seguir investigando sobre el pasado remoto de los habitantes de la isla, aquellos que fueron capaces de manipular colosales bloques de piedra para erigir núcleos … Ver más

La gran abundancia de restos arqueológicos y edificaciones prehistóricas que se conservan en territorio menorquín, nos permite continuar nuestra ruta en coche por los monumentos de Menorca a fin de seguir investigando sobre el pasado remoto de los habitantes de la isla, aquellos que fueron capaces de manipular colosales bloques de piedra para erigir núcleos urbanos tan sorprendentes como el poblado talayótico de Son Catlar, al que nos dirigimos para revelarte las características y peculiaridades más relevantes que distinguen los restos de este yacimiento.

Con una superficie aproximada de 37.500 m², el poblado de Son Catlar es uno de los mayores asentamientos que se conservan en la isla pertenecientes a la cultura talayótica, uno de los más grandes junto con los poblados de Trepucó y Torre d’en Galmés, tratándose quizás de tres asentamientos que constituyeron en su región centros de poder durante la Edad de Hierro.

Como característica principal, el poblado todavía mantiene la extensa muralla que rodea todo su perímetro, con una longitud aproximada de unos 900 metros y una altura de hasta tres metros en las zonas donde mejor se conserva. La muralla presenta una estructura ciclópea, con grandes bloques de piedra unidas entre sí sin argamasa, así como una disposición de las piedras mediante las técnicas del talayótico, formando un zócalo con hileras de rocas verticales coronadas por otras dispuestas en sentido horizontal, otorgándole una gran altura y solidez a la muralla del poblado.

Integradas en la muralla pueden apreciarse hasta cuatro torres de vigilancia de planta cuadrada, aunque fueron halládos los cimientos de dos torres más. La complejidad y fortaleza del sistema defensivo se completa con una sola entrada, un bastión en la zona noreste y un pasillo interior cubierto.

En el interior del poblado pueden contemplarse un total de tres talayotes, dos de ellos adosados a la muralla defensiva, un dato que reafirma las funciones de atalaya que podían cumplir estas edificaciones. La torre restante cuenta con planta oval y por los restos conservados de la entrada, se deduce que el acceso tenía lugar a través de un corredor. El buen estado de conservación de los talayotes permite observar muchas de sus características constructivas, con cámaras interiores provistas de columna central e incluso en uno de ellos las losas que conformaban el techo.

Por otro lado, en el interior del perímetro de la muralla pueden distinguirse numerosas edificaciones que ponen de manifiesto la supremacía de la población en esta región. Entre las principales edificaciones, cabe destacar el recinto de la taula con sus dos puertas de acceso como principal peculiaridad. El elemento central del recinto, la “taula”, mantiene erguido el gran bloque su piedra soporte, aunque este por desgracia ya no sostiene la piedra capitel en su parte superior.

Son Catlar cuenta con un hipogeo situado junto a la entrada del asentamiento. Se trata de una galería excavada destinada a los enterramientos. Esta construcción subterránea con fines funerarios se caracteriza por su forma circular y por un corredor de acceso que desciende adentrándose en el interior de la tierra. Las tumbas están conformadas por pequeños nichos excavados en las paredes y en los cuales se disponían los restos de los fallecidos.

Los restos encontrados en el exterior de la muralla dan a entender que el poblado se extendía más allá del perímetro fortificado. Se pueden observar restos de viviendas, así como tumbas excavadas en la piedra de una necrópolis cercana.

De igual forma, en una estela adosada a la muralla, el grabado de una figura antropomórfica habla del refinamiento y la complejidad de una cultura de la que por desgracia, aún se conoce muy poco a pesar de las numerosas excavaciones que se han llevado a cabo en éste y otros numerosos asentamientos de nuestro territorio, que nos permiten eso si, continuar recorriendo lugares de gran belleza para seguir tras la pista de los antiguos pobladores de la isla a través de la ruta de monumentos de Autos Vivó, la empresa de alquiler de coches en Menorca que le pone ruedas a tus ilusiones.

Cómo llegar al poblado talayótico de Son Catlar

El poblado talayótico de Son Catlar se encuentra situado al suroeste de la isla, en el término municipal de Ciutadella de Menorca.

Para llegar en nuestro vehículo, partiremos desde Ciutadella en dirección sudeste hacia Son Encinar, que continúa más adelante como Camí de Sant Joan. Más adelante, tomaremos el desvío en dirección sur por la Ctra. Santa Rossa, que nos conducirá directamente al asentamiento, que nos aparecerá en el lado izquierdo de la carretera.

Como de costumbre, desde Autos Vivó os recomendamos ir provistos con los enseres necesarios para disfrutar de otra de nuestras agradables excursiones por Menorca, siendo indispensable llevar una cantidad suficiente de agua para toda la familia y una protección solar óptima para cada edad.


Ver Poblado talayótico de Son Catlar en un mapa más grande

Imagen: Sa monea

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