octubre 7, 2013

La Isla del Rey, los voluntarios de nuestro legado

De nuevo en el puerto natural de Mahón, aparcamos el vehículo por unas horas y zarpamos en una emocionante excursión hacia la “Illa del Rei”, un pequeño islote que nos revela episodios esenciales de la apasionante historia de Menorca a través de las edificaciones que todavía conserva, erigidas en un territorio de reducidas dimensiones pero … Ver más

De nuevo en el puerto natural de Mahón, aparcamos el vehículo por unas horas y zarpamos en una emocionante excursión hacia la “Illa del Rei”, un pequeño islote que nos revela episodios esenciales de la apasionante historia de Menorca a través de las edificaciones que todavía conserva, erigidas en un territorio de reducidas dimensiones pero de gran interés por su incalculable valor cultural.

l’Illa del Rei (Isla del Rey), es un pequeño islote de formación natural situado en el centro del puerto de Mahón. En su apariencia presenta forma de triángulo y tiene una extensión de 41.177 m², flanqueados en las orillas opuestas del puerto por la población de Villacarlos en el lado sur y Cala Llonga en el norte, puntos cardinales cercanos a tierra firme en los que fueron construidos en el islote dos embarcaderos distintos, donde cabe destacar por antigüedad el “Moll de ses Monjes” en la orilla norte, reformado recientemente a fin de adaptarlo ante el aumento de actividad turística.

Antiguamente conocida como “l’Illa dels Conills” (la Isla de los Conejos), el nombre actual del islote nos remonta hasta el año 1287, cuando el rey Alfonso III y sus tropas desembarcan en Menorca para conquistar el territorio bajo dominio árabe. Durante los siglos posteriores, la posesión de Menorca sería codiciada por grandes imperios del mediterráneo debido al valor estratégico que brindaba la isla, en especial el puerto natural de Mahón, donde se sucedieron grandes batallas marítimas.

En 1711, pocos años después de conseguir imponer su hegemonía en la isla, los británicos emprenderían la construcción de un hospital en la Illa del Rei por orden del almirante John Jennings, dada la necesidad de atender al gran número de enfermos y heridos que procedían de la marina inglesa. En 1713 finalizaron las obras de construcción y el hospital se puso en marcha, poco antes de ganarle al islote en el que fue erigido el sobrenombre de “Bloody Island” (Isla Sangrienta), debido a la interminable lista de soldados que llegaban malheridos.

En la actualidad el edificio del Antiguo hospital militar está siendo estudiado y restaurado por la asociación “Amics de l’Illa de l’Hospital”. Gracias a los análisis realizados por este colectivo se han hallado similitudes muy relevantes entre hospitales de Londres como el Royal Hospital Chealsea y el Greenwich Naval Hospital. Ambos edificios tienen en común al arquitecto, que fue Christopher Wren, y se equiparan también al estilo del Antiguo hospital militar de La isla del Rey.

Medio siglo después, en el año 1784, los españoles que llegaron a Menorca comenzaron a reformar y construir nuevos edificios. Algunos de ellos, los ubicados en el ala sur, servían como almacenaje para las exportaciones e importaciones portuarias. Otros, como la sustitución de la capilla protestante por la capilla de San Carlos, denotan el marcado cambio religioso y social que estaba experimentando la sociedad de la época. Finalmente, los españoles también levantaron la llamada “Casa del Capellán”, con el objetivo de alojar a un capellán en la isla. El estilo de la construcción es sencilla, con inspiraciones romanas y escasez de curvas y arcos.

Dos siglos después, en el año 1979, la isla fue declarada como Monumento Histórico Artístico y Arqueológico con carácter nacional. En este título se incluyó también el edificio de la Basílica y sus construcciones adyacentes. Con todo ello, la Isla del Rey se complementa a la perfección alternando el estilo barroco de la zona norte, la sencillez del Hospital en el sur y el aire romano representado por la Casa del Capellán. Todo ello se encuentra localizado en un corto espacio de terreno, lo que añade un toque intimista y mágico a este pequeño territorio.

Finalmente, la asociación “Amics de l’Illa de l’Hospital”, además de restaurar y estudiar los edificios de la isla, se encarga también de organizar visitas guiadas por todo el territorio, incluyendo en la experiencia la guía turística, la explicación de los diversos elementos observados y una merienda para todo el grupo al final del recorrido. A lo largo de esta visita se muestran los edificios más relevantes de la provincia; así como un gran repertorio de documentos médicos, artísticos, bibliográficos y farmacéuticos que narran la sucesión de hechos históricos que constituyen su pasado y su historia.

Toda esta visita programada se ve complementada gracias a la variedad y belleza paisajística que rodea y adereza el resto de la visita. Para los amantes de la botánica, la Casa del Cura contiene un extenso jardín de plantas medicinales utilizadas en el pasado como elemento constitutivo de medicamentos y compuestos de sanación. En su ámbito más cultural, la Isla del Rey alberga entre sus fronteras los restos de una basílica de estilo paleocristiano que ha sido conservada desde su construcción, datada en el siglo VI.

En conjunto, la excursión a l’Illa del Rei se ofrece como una actividad completa y enriquecedora, otra de las actividades que te recomendamos desde Autos Vivó, la empresa de alquiler de coches en Menorca que le pone ruedas a tus ilusiones.

Cómo llegar a l’Illa del Rei

Las visitas en embarcación hasta la Isla del Rey zarpan del muelle de Fontanillas (Moll de l’Hospital, C/ Fontanilles, Es Castell), todos los domingos de 8:30 a 9:00.

Podremos contar además con los servicios que nos ofrecen empresas de excursiones y traslados marítimos que navegan por el puerto de Mahón, como por ejemplo las embarcaciones amarillas de Yellow Catamarans.


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Vídeo: Aeroview Menorca

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