Menorca es una de las islas que más interés despierta dentro del archipiélago Balear, en parte, por la numerosa cantidad de monumentos históricos que pueden visitarse. Las estructuras y fortalezas que los numerosos enfrentamientos bélicos dejaron tras de sí en la isla, se han convertido en pieza fundamental de la propuesta monumental de Menorca.

Más sorprendentes aún son los yacimientos arqueológicos esparcidos por todo el territorio, legados de las antiguas civilizaciones que poblaron la isla milenios atrás.Un buen ejemplo de ello lo pone el Fuerte de Marlborough, dispuesto para recibir la visita de aquellos turistas interesados. Erigido entre los años 1710 y 1726, fue uno de los emplazamientos clave durante la lucha territorial que protagonizaron los reinos de España, Reino Unido y Francia durante la época colonial.

Si bien es cierto que la estructura ha superado con éxito el paso del tiempo, ha sido necesaria la rehabilitación del fuerte a fin de devolverle su antiguo esplendor, permitiéndonos en la actualidad disfrutar de una representación fiel de la época en la que los soldados ocuparon el fuerte. Para hacer de la visita una experiencia más envolvente, se utiliza una combinación de figuras, sonidos y luces en representación de su actividad original. Durante la exploración del fuerte se pueden visitar las galerías subterráneas e ir avanzando a través de las instalaciones hasta llegar a la parte de arriba del fuerte, que ofrece unas vistas de las que merece la pena disfrutar.

Otra buena recomendación se encuentra en el Faro de Favàritx, que ha alcanzado un gran reconocimiento aún sin ser tan antiguo como otros de los monumentos de Menorca. Se construyó en 1922 y está localizado en una de las zonas más diferentes de la isla, debido a que la vegetación escasea y el lugar adopta un estilo mucho más desértico. En combinación con el faro lo que más llama la atención son los acantilados, que resultan bastante amenazantes por su posición.

Como ya hemos mencionado, las estructuras del pasado utilizadas con fines bélicos son numerosas. En Fornells se encuentra la torre homónima, que data de inicios del s.XIX y que tenía como objetivo defender el tramo costero que todavía ocupa. Puede apreciarse como las instalaciones se han respetado para mostrar la forma en la que vivían los soldados durante aquella época. Se distingue una zona de vivienda, un almacén y una cisterna. También destaca la imponente terraza, que supera en vistas incluso a lo que ofrecen algunos de los mejores miradores. Actualmente, se utiliza el interior de la torre para realizar exposiciones u otros eventos de forma esporádica, una buena oportunidad para realizar nuestra visita.

Situado en Ferreries, el Castillo de Santa Agueda está considerado como monumento desde el año 1993, pese a que sus orígenes datan de mucho tiempo atrás. Si bien no se conoce la fecha exacta de su construcción, se cree que la fecha se acerca al año 1230 d.C. La larga historia del castillo se asienta sobre las bases de lo que tiempo atrás fue un campamento romano. La construcción fue obra de los árabes, que utilizaron la estructura como lugar de resistencia contra Alfonso III. La destrucción del castillo ha dejado unas ruinas que destilan magia e interés a partes iguales.

Son las vistas al puerto de Mahón otra de las atractivas vistas que podrán contemplarse desde los distintos monumentos localizados aquí, siendo especialmente recomendable disfrutar de la visita a la Fortaleza de Isabel II. También conocida como la Mola, es de origen militar y su construcción finalizó en el año 1875. La visita puede ser guiada e incluso se proporciona comodidad extra con la disponibilidad de vehículos de transporte. La espectacularidad de sus cañones permite tomar asombrosas fotografías, en armonía con el portento de los sólidos muros que defensivos. Las instalaciones están bien conservadas más allá del paso del tiempo debido a que nunca llegó a sufrido ataque alguno.

Recorriendo Menorca no podemos olvidar la visita a la “Naveta des Tudons”, considerado como uno de los monumentos más importantes no solo de nuestra isla, sino de Europa entera. Es, nada más y nada menos, que una muestra funeraria erigida en la prehistoria. Cuenta con los restos de cientos de personas y de todos sus objetos personales. Pese a quedar cerrada en su interior, lo cierto es que la visita es muy recomendable, dado el buen estado que todavía conserva tan antigua estructura. Su atractivo es elevado entre todo tipo de turistas, existiendo incluso una curiosa leyenda que habla sobre cómo la naveta fue construida por un gigante que rivalizaba con otro para obtener el amor de una doncella.

Y cómo no, si queremos disfrutar de Menorca en su máxima expresión hay que poner rumbo hacia el Monte Toro, el punto más elevado de la isla con una altura de 358 metros. Allí se encuentra el Santuario de la Virgen del Toro, donde podremos ver una escultura del siglo XVIII. creada por Josep Viladomat (1899-1989), autor de otras obras como el Monumento a Fortuny en Reus, la Fuente del Centenario en Tarragona o la escultura de la Mujer con niño y flautín de Plaza de Cataluña en Barcelona. El Santuario termina conduciendo a una iglesia que no es demasiado grande ni espectacular, pero que permite cerrar una buena visita de la zona y ver la Virgen del Toro, una obra creada con el uso de madera.

Mucho más allá de paradisíacas playas y calas de aguas turquesas, Menorca ofrece las riquezas de una ruta monumental labrada a lo largo de siglos de apasionante historia. Durante vuestra visita a la isla, os recomendamos con creces visitar al menos los más representativos monumentos de Menorca, algunos de ellos mencionados en este artículo. Solo así, el visitante podrá percibir el auténtico carácter de nuestro territorio y de sus habitantes, acercándose a la cultura que nos define y la verdadera esencia de una isla que desde Autos Vivó, empresa de rent-a-car en Menorca os queremos seguir descubriendo.