A pocos kilómetros de nuestras oficinas de alquiler de coches en Ciutadella y Son Xoriguer descansa uno de los talayotes (talaiots) más espléndidos de todas las Baleares: Sant Agustí Vell, ubicado entre los municipios de Es Migjorn Gran y Sant Tomas.

Sant Agustí Vell es, muy probablemente, uno de los exponentes más espectaculares de la cultura talayótica de las islas. Para entender su propio nombre nos debemos acercar al antiguo poblado, que data del primer milenio a. C. y que todavía es visitable a los pies del Barranc de Binigaus.

Llegar al Talayote de Sant Agustí Vell

Para llegar al yacimiento debemos seguir la carretera ME-18 en dirección sur hasta el punto kilométrico 8,4, donde encontraremos un desvío a mano derecha que nos conducirá a la zona de Sant Agustí y, medio kilómetro más adelante, por camino rural, llegaremos hasta los tres famosos talayotes de Sant Agustí.

La importancia que se desprende del conjunto talayótico de Sant Agustí Vell viene de uno de los propios talaiots, concretamente del que presenta una cámara interior de grandes proporciones con columnas adornadas y vigas de sabina. En nuestra visita, la entrada a la gran cámara inferior ya nos seduce desde el exterior y parece invitarnos a entrar en otro mundo por unos minutos.

Antes de empezar la visita al poblado nos dejaremos llevar por la belleza salvaje de unas edificaciones realizadas sin argamasa ni cemento: construidas directamente con piedra, los talayotes fueron unas pseudotorres defensivas que podían encontrarse tanto aisladas como integradas en poblados y centros ceremoniales.

Cerca de nuestras oficinas de alquiler de coches en Ciutadella de Menorca podremos dar inicio a una de las excursiones más emblemáticas de la isla, en la que podrás sumergirte de pleno en algunos de los mejores ejemplos de conjuntos talayóticos que se acompañan de restos de la muralla y columnas monolíticas que nos explican, sin necesidad de palabras, que a sus pies se ocultan viviendas o círculos de esta cultura milenaria.

Al finalizar la excursión, nos despediremos de una zona repleta de vegetación autóctona de las Islas Baleares, y antes de volver a la ciudad, nos permitiremos observar cómo las construcciones en hileras a uno de los lados y el río, en frente de estas, permitía otear y defender la región de la isla que mira al Mediterráneo desde más lejos de la península.

Fotos de